El Asesino de la Baraja: Un Caso que Conmocionó a España
En esta entrega de nuestra newsletter, nos adentramos en uno de los casos criminales más intrigantes y peculiares de España: el del "Asesino de la Baraja". Esta historia, que parece sacada de una novela de suspense, se desarrolló a principios de los años 2000 y dejó a la nación en vilo.
A principios de 2003, la ciudad de Madrid se vio sacudida por una serie de asesinatos en serie que mantuvieron en vilo a la población. Las víctimas, todas ellas hombres, eran asesinadas a tiros a quemarropa y por la espalda, y en las escenas del crimen se encontraba siempre un naipe de la baraja española. El asesino, que rápidamente fue apodado "El asesino de la baraja", sembró el terror en la capital durante meses, hasta que finalmente fue capturado y condenado a 142 años de prisión.
Un Modus Operandi Único
Lo que distinguía a este asesino en serie era su extraño modus operandi: dejaba una carta de baraja española cerca de cada una de sus víctimas. Esta peculiar firma criminal generó una gran atención mediática y llevó a una intensa cacería humana por parte de la policía. Las cartas variaban, y con cada crimen, la incertidumbre y el miedo crecían entre los ciudadanos.
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Los Crímenes y las Cartas
Los asesinatos comenzaron en el verano de 2003. La primera víctima fue un trabajador del aeropuerto de Barajas, cerca del cual se encontró una carta del as de copas. Este patrón se repitió en varios homicidios más, cada uno acompañado de una carta diferente, lo que añadía un aire de misterio macabro al caso. La policía se esforzaba por encontrar un patrón o una motivación detrás de la elección de las cartas, pero el asesino siempre parecía estar un paso adelante.
El primer crimen ocurrió el 24 de enero de 2003 en la calle Alonso Cano. El asesino disparó a Juan Francisco Ledesma, portero del número 89 de esa calle, mientras daba de comer a su hijo de dos años.
Doce días después, el 5 de febrero de 2003, el asesino se dirigió a las cercanías del aeropuerto y mató a Juan Carlos Estacio, un empleado de la limpieza del aeropuerto de Barajas.
Ese mismo día, en Alcalá de Henares, entró en un bar llamado Bar Rojas y asesinó a Mikel Jiménez Sánchez y a Juana Dolores Uclés. La dueña del bar resultó gravemente herida.
El 7 de marzo de 2003, en la Avenida de Viñuelas de Tres Cantos, el asesino disparó a Santiago Eduardo, hiriéndolo gravemente. Intentó también disparar a su novia, Anahid C, pero la pistola se encasquilló.
El quinto crimen ocurrió el 18 de marzo de 2003 en Arganda del Rey. El asesino mató a George y Diona Magda. Después de cada crimen, el asesino regresaba a casa, según sus declaraciones a la policía. En varios de los escenarios de los crímenes, aparecieron cartas de la baraja española, lo que dio dramatismo al caso.